La palabra bulo, como indica la Real Academia Española, hace referencia a una noticia falsa divulgada con algún fin. Pues sin ir más lejos, en la actualidad estamos siendo bombardeados a diario con información no contrastada, que en mayor o menor medida, nos afecta en nuestra forma de vida.
Se difunden, sobre todo, a través de las redes sociales. Se caracterizan por carecer de fuentes fiables, proceden de personas que se escudan en el anonimato, no suelen ir fechados y pretenden llegar a la sensibilidad del receptor mediante mensajes, fotos o vídeos impactantes. Con todos estos ingredientes, se puede llegar a crear una "falsa verdad".
Pero, ¿de dónde proviene este deseo de querer destruir la realidad?
Se podría decir que la mentira existe desde la aparición del hombre, pero la realidad es bien diferente. Es sabido que antes de la aparición del ser humano, ya existían depredadores que se camuflaban en la naturaleza para devorar a sus presas indefensas. Nosotros no íbamos a ser diferentes. Por ejemplo, en la Biblia se vinculaba la mentira al Diablo, que la utilizaba como medio para manipular la benevolencia de la gente.
Volviendo a la actualidad, este suceso está alimentado por distintos factores. En el principio de esta cadena se encuentra la gente con intención de hacer daño, que se aprovecha de su imaginación mezquina para crear una información falsa que consiga llegar al máximo número de personas. Una vez que se empuja la primera ficha de dominó, la información llega a gente de todo tipo: personas que dedican su tiempo libre a divulgar toda la información que les llega para conseguir la satisfacción de ser agradecido por los 30 miembros de un grupo de WhatsApp; otros que a falta de lo necesario para conseguir sociabilizar buscan una excusa para crear una conversación; y lo que más abunda: gente que no sabe diferenciar entre la mentira y la verdad, ya sea por exceso de credibilidad o escasez de inteligencia.
Se difunden, sobre todo, a través de las redes sociales. Se caracterizan por carecer de fuentes fiables, proceden de personas que se escudan en el anonimato, no suelen ir fechados y pretenden llegar a la sensibilidad del receptor mediante mensajes, fotos o vídeos impactantes. Con todos estos ingredientes, se puede llegar a crear una "falsa verdad".
Pero, ¿de dónde proviene este deseo de querer destruir la realidad?
Se podría decir que la mentira existe desde la aparición del hombre, pero la realidad es bien diferente. Es sabido que antes de la aparición del ser humano, ya existían depredadores que se camuflaban en la naturaleza para devorar a sus presas indefensas. Nosotros no íbamos a ser diferentes. Por ejemplo, en la Biblia se vinculaba la mentira al Diablo, que la utilizaba como medio para manipular la benevolencia de la gente.
Volviendo a la actualidad, este suceso está alimentado por distintos factores. En el principio de esta cadena se encuentra la gente con intención de hacer daño, que se aprovecha de su imaginación mezquina para crear una información falsa que consiga llegar al máximo número de personas. Una vez que se empuja la primera ficha de dominó, la información llega a gente de todo tipo: personas que dedican su tiempo libre a divulgar toda la información que les llega para conseguir la satisfacción de ser agradecido por los 30 miembros de un grupo de WhatsApp; otros que a falta de lo necesario para conseguir sociabilizar buscan una excusa para crear una conversación; y lo que más abunda: gente que no sabe diferenciar entre la mentira y la verdad, ya sea por exceso de credibilidad o escasez de inteligencia.
"La vieja del visillo" es un personaje ficticio caracterizado por el humorista español José Mota, que destaca por ser una divulgadora profesional de 'cotilleos'.
Pero hay algo que los inventores de bulos ignoran o desconocen. Es que al final de la cadena mencionada anteriormente, se encuentra la autoridad. Sí, sí, tanto la Policía Local, como los agentes de las Fuerzas Especiales, el Ministro de Defensa y hasta el Presidente del Gobierno de turno, tienen WhatsApp y correo electrónico, aunque no lo griten a los cuatro vientos. Y no creo que les haga mucha ilusión recibir un mensaje por medio de su sobrino avisando de que han puesto una bomba que nunca existió en El Corte Inglés, donde puede que se encuentre comprando su hija en ese momento.
Hoy han estado de nuevo circulando. Haznos caso: NO CREAS NI DIFUNDAS bulos, sólo fuentes oficiales #STOPbulos pic.twitter.com/b3R6xP2ol4
— Policía Nacional (@policia) noviembre 16, 2015
Entonces, ¿hay castigo para este tipo de gente? La respuesta es definitivamente que sí. Como indica el diario económico Cinco Días, "Lo que pudo empezar como un intento de gracia, a cuatro jóvenes de Estepona (Málaga) les costará entre 600 y 30.000 euros. [...] Han sido identificados como presuntos autores de mensajes alertando sobre falsas amenazas de bomba, atentados terroristas que en ningún caso corresponden con información oficial. La Policía Nacional ya ha llevado a cabo las correspondiente detenciones.". Y este es solo un ejemplo cercano de las innumerables operaciones que se llevan a diario.
Pero aunque haya personas que dediquen su vida a proteger el bienestar del resto, no perdemos nada por facilitar su labor. Recuerda: antes de compartir una información, hay que evitar dejarse llevar por los sentimientos, e informarse. Internet nunca es una fuente fiable del todo, pero si hacemos una búsqueda en Google y vemos que ese contenido no aparece en ABC, 20 Minutos, El Mundo o El País, ni en cualquier otro con reputación nacional, lo más probable es que la información sea falsa.
También hay que recordar que nadie se ha sacado la carrera de periodismo mandando mensajes por WhatsApp. De acuerdo, puede ser que en Espejo Público hayan hablado de un terrorista muy peligroso que se ha ocultado en una provincia de Andalucía, pero por que tu vecina te haya dicho que se le ha visto al lado del Mercadona de la calle de atrás, no tiene por qué ser verdad, y si tu colaboras con esa mentira mandándole el mensaje a tu hijo, estás creando una falsa alarma social. Dejemos a los medios de comunicación hacer su trabajo, que han estado estudiando durante 5 o más años para saber como proceder en este tipo de situaciones.
El pasado jueves 19 de noviembre del 2015, La Sexta se hizo eco de esta tendencia y llamó a la calma. Os dejamos con la noticia en cuestión:
Luis Torrado - La Caverna de Uniradio
0 comentarios:
Publicar un comentario
Aquí puedes dejar tu opinión y sugerencia