Por Nerea Gálvez García. Los
seres que nos rodean poseen la característica de estar sometidos a variaciones,
acontecen en el espacio y en el tiempo. Para nuestro autor, el estudio del
movimiento presupone aclarar qué es el tiempo (chrónos) y el lugar (tópos).
Pero el tiempo es una medida del movimiento (no un ser), algo que acontece en
los seres naturales, sometidos a cambio, de no existir estos tampoco existiría
el tiempo. Por otro lado, el lugar es algo inherente a un ser particular: “ es
el límite inmediato e inmóvil de los seres”. Tampoco existe independientemente
de las cosas. En consecuencia, para Aristóteles, no puede existir un espacio
vacío como el que postularon los atomistas. El lugar tampoco puede confundirse
con la materia, como hizo Platón; se trata de una característica de las
sustancias, que son materia informada.
El
espacio del aristotélico no es homogéneo: existe un lugar para cada cosa. El
universo se divide en dos ámbitos: el mundo supralunar y el mundo sublunar. En
este último, distingue cuatro lugares naturales, que se corresponde a cuatro
regiones concéntricas pertenecientes a los cuatros elementos: la zona central
coincide con el lugar natural del elemento tierra, y sobre esta se encontrarían
el lugar natural del agua, el del aire y el de fuego sucesivamente. En este
ámbito tienen lugar movimientos locales, que pueden ser naturales o violentos.
El movimiento natural resulta de la tendencia del propio cuerpo que logra
cuando alcanza su lugar natural; y el movimiento violento se da cuando el
elemento es apartado de su lugar natural. Por ejemplo cuando tiramos una piedra
hacía el aire sería un movimiento violento y cuando la piedra cae, un
movimiento natural ya que se dirige hacia su lugar natural. Por otra parte, el
mundo supralunar, que solamente está constituido de un elemento, el éter, que
es aquello de lo que está compuesto los seres estelares. Este tiene un
movimiento circular y uniforme.
Modelo
geocéntrico:
El modelo cosmológico aristotélico es esférico. La Tierra se sitúa en el
centro del universo. El universo se concibe finito y
limitado, sometido a un movimiento circular uniforme. Se trata de una esfera
compacta, llena y heterogénea, que a su vez, se constituye de múltiples órbitas concéntricas cristalinas, ordenadas jerárquicamente.
Conforme estas órbitas se alejan del centro su movimiento se hace más lento,
hasta detenerse en la última, la esfera de las estrellas fijas.
Según
Aristóteles, todo cuando se mueve debe recibir su movimiento de un ser
anterior, es decir, afirma la existencia de un Primer motor o Motor inmóvil.
Platón supuso que el primer motor desencadena todo movimiento, pero es inmóvil
porque no es movido por otro ser. Sin embargo, Aristóteles afirma que el primer
motor mueve porque es objeto de aspiración de los demás seres. Según él, carece
de potencia, es decir, es
absolutamente autónomo, además es autocognoscente, significa que su actividad consiste
en pensarse a sí mismo.
wena po
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