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sábado, 1 de diciembre de 2018

ESO NO ES AMOR

Por Leticia del Rocío Rengel Moreno
Publicado el 1 de diciembre de 2018
La Caverna de Uniradio, Huelva
IES La Marisma

Primeramente, remontémonos a las mujeres de la antigüedad que solo servían para el cuidado de la casa y los hijos; tenían prohibidas el acceso a algunos sitios, por ejemplo, en tiempos de Jesucristo las mujeres tenían que estar separadas de los hombres en la sinagoga; eran obligadas al matrimonio elegido por el padre; no tenían derecho al voto, ni siquiera tenían derecho a opinar. Existe una serie llamada "Las chicas del cable" que está ambientada en los años 1920-30, en la que hace una reflexión sobre la lucha de las mujeres por sus derechos, su igualdad y sus libertades como personas y lo que son capaces de hacer por conseguirlo. Por lo tanto, el "machismo" es algo que proviene desde nuestros principios, pero, ¿qué es la violencia de género?
Pues bien, la violencia de género, para Wikipedia, es un tipo de violencia física o psicológica ejercida contra las personas, basada de su sexo o género, impactando de manera negativa en su identidad y bienestar social, físico, psicológico o económico. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, el término se utiliza «para distinguir la violencia común de aquella que se dirige a individuos o grupos sobre la base de su género», constituyéndose en una violación de los derechos humanos. Pero, por desgracia, para nosotras la violencia de género es dolor, es no tener libertad, es llegar a casa y sentir miedo, es tener que mentir, llorar, lamentar, arrepentirse, es maquillarte para poder tapar las huellas de esa noche; son miles de cosas. Pero lo más triste es que esto nos puede pasar a mí, a ti, a tu madre, a tu tía, a tu hermana, a tu hija, es decir, a todas. 
No solo existe la violencia física, sino también la psicológica. Una mala palabra, una mala contestación, una pelea subida de tono, un control, hasta el simple hecho de alejarte de tu entorno, son las causas para el comienzo de una violencia psicológica; pero lo más sorprendente que esto lo hacen de manera cuidadosa para que nosotras no nos demos cuenta de lo que pretenden conseguir. Más bien, la violencia psicológica aparece con frases como: "si me dejas me muero", "tonta", "deberías planchar mejor las camisas", "quítate esa falda, pareces una puta", "no sabes hacer nada bien", "solo puedes vestirte así para mí", etc. Esto provoca los celos, la humillación, los insultos, la ignorancia y los malos tratos en público. 
El hombre maltratador no nace, se hace. Es decir, cuando un niño se cría en un ambiente de conflictos, de gritos, en un ambiente donde el padre pega a su madre, la insulta y la humilla, él lo ve para el día de mañana como algo normal, como la vida misma. Es por ello que un hombre maltratador, insulta a su mujer, pega a su mujer, humilla a su mujer, desprecia a su mujer, solo por el hecho de que para él eso es la realidad. El perfil de hombre maltratador es intolerante, encantadores al principio, son autoritarios, son psicológicamente rígidas, para ellos todo está bien o mal no hay término intermedio, son chantajistas, critican, cambian de humor al segundo, aíslan socialmente a la víctima, son crueles y no se arrepienten de nada, hacen falsas promesas, son controladores, son celosos, mentirosos, se hacen la víctima; y millones de características más. 
"Cenicero. Móvil. Cable. Tenedor. Cigarro. Cinturón. Bandeja. Zapato. Sartén. Paraguas. Fregona. Son instrumentos del maltratador, instrumentos de su poder volando contra las mujeres, cosas culpables. EL MUNDO ha rastreado con psicólogas y abogadas de centros de recuperación un centenar de denuncias, autos judiciales y casos en los que los agresores han usado como armas los objetos cotidianos de nuestras vidas, lo que demuestra el pegamento de la violencia machista en la sociedad. Portafotos. Libro. Mesa. Mano. Llavero. Agenda. Todo es material doméstico convertido en fuego enemigo, el colmo de la indefensión de las víctimas, que pisan un territorio de minas donde creían tener un hogar".  Rafael J. Álvarez. DIARIO EL MUNDO. 
Este texto que acabamos de leer, muestra hasta donde el hombre maltratador es capaz de llegar hacía una mujer que, para él, es inferior a todo lo demás. También hay un texto que escribió Cristina Torres Cáceres, cuando se sintió devastada por los acontecimientos de violencia contra las mujeres. Es una carta dirigida a su madre por si un día, ella era la siguiente en desaparecer. 
"Si mañana no te contesto las llamadas mamá. Si no te digo que voy a cenar. Si mañana mami, no aparece el taxi… Tal vez estoy envuelta en las sábanas de un hotel, en una carretera o en una bolsa negra (Mara, Micaela, Majo, Mariana). Tal vez estoy en una maleta o me perdí en la playa (Emily, Shirley).
No te asustes, mamá, si ves que me apuñalaron (Luz Marina). No grites cuando veas que me arrastraron (Arlette). Mamita, no llores si te enteras que me empalaron (Lucía). Te dirán que fui yo, que no grité, que fue mi ropa, el alcohol en mi sangre. Te dirán que fue la hora, que estaba sola. Que mi ex, el psicópata, tenía motivos, que yo fui infiel, que fui puta. Te dirán que viví, mamá, que me atreví a volar muy alto en un mundo sin aire.
Te juro, mami, que morí peleando.
Te juro que grité tan alto como volé.
Se va a acordar de mí, mamá, sabrá que fui yo quien lo jodió cuando me vea en el rostro de todas las que van a gritar mi nombre.
Porque sé, mamá, que no vas a parar.
Pero por lo que más quieras, no ates a mi hermana, no encierres a mis primas, no prives a tus sobrinas. No es su culpa mamá, tampoco fue mía. Son ellos, siempre serán ellos. Lucha por sus alas, las que a mí me cortaron. Lucha para que sean libres y vuelen más alto que yo. Que vivan sin miedo mamá. Pelea para que griten más alto que yo. Que vivan sin miedo mamá, tal como viví yo.
Mamita no llores mis cenizas.
Si mañana soy yo, mamá, si mañana no vuelvo, destrúyelo todo.
Si mañana me toca, quiero ser la última". Carta de  Cristina Torres Cáceres.
Para terminar, en España son muchos los casos de este tipo de violencias. Es por ello que han creado asociaciones para la ayuda de estas víctimas, huelgas, etc. Además, han creado pancartas con frases como: "no es no", "quiero sentirme libre", "rompe el silencio", "no estás sola", "sé valiente", " ni una más", etc. También hay un número de teléfono (016) para la ayuda de esas mujeres que ya no pueden más, que se sienten cansadas de tener miedo y tienen el valor de hacer esa llamada y poner una denuncia, con un simple número de teléfono pueden cambiar sus vidas. 
En conclusión, esto es una lucha permanente en la que tenemos que ayudar todos y todas, con el fin de paralizar estos acontecimientos y evitar que el día de mañana las mujeres de nuestra casa, a las que queremos, no se encuentren en esta situación.